El Pomerania (o Spitz enano alemán, o Lulú de Pomerania) es un perro de la familia Spitz, que recibe su nombre de la región de Pomerania Central, en Alemania oriental, y se clasifica como perro "toy" por su pequeño tamaño.
Tiene un peso de 1.4 a 3.2 kg según las normas del AKC, el pomerania es la raza nórdica más pequeña. Su cabeza tiene forma triangular, lo que le da cierto aspecto zorruno. Las orejas son pequeñas y alzadas. La cola, característica de la raza, debe curvarse sobre el lomo y portarse alta y horizontal. El pelaje del pomerania tiene dos capas, la interior, densa y suave, y la exterior, larga, lacia y más áspera que la anterior. Los machos mudan la inferior una vez al año; las hembras intactas lo hacen durante el celo, tras dar a luz y en épocas de ansiedad. El manto es corto y tupido sobre el hocico, orejas y extremidades, y largo sobre el resto del cuerpo, sin rizos. El color puede se negro, blanco, marrón, de forma homogénea. Según una de las normas, el pomerania debe ser equilibrado; en otras palabras, todas las partes de su cuerpo deben ser proporcionadas. También debe tener una expresión alerta como reflejo de su temperamento, que suele hacerlos muy indicados como perros alarma.
El Pomerania es activo, inteligente, valeroso y leal. Se adapta fácilmente a la vida urbana y es excelente para el campo. No obstante, puede que no interactúe bien con niños pequeños ya que debido a su pequeña talla puede ser lastimado con facilidad. Hay que tener en cuenta que es un perro de carácter fuerte, como todos los spitz, por lo que no tolerará maltratos por parte de los pequeños, y podría llegar a morder o mostrarse asustado e inseguro en esos casos. Los Pomerania pueden adiestrarse como perros alarma: anuncian la llegada de intrusos con ladridos agudos y sonoros. Pero la falta de adiestramiento puede llevar a que el perro ladre constantemente, y sin motivo, convirtiéndose en un problema para la gente que vive a su alrededor. Por lo mismo es importante entrenarlo y socializarlo desde cachorro ya que tampoco es raro que se muestre desconfiado en presencia de extraños. Es un perro de carácter independiente, y a veces da la impresión de ser un animal solitario, aunque le gustan las caricias, y que le rasquen la espalda y las orejas, donde es más sensible. Debido a su pequeño tamaño, y a su apariencia de peluche, la gente tiene la tendencia de tenerlo en brazos, cosa que puede desagradar al animal. Le gusta pasar largos ratos tumbados a los pies de sus amos. Sienten preferencia por una persona de la familia. También es un perro enormemente celoso, y territorial, y debido a su pequeño tamaño, los dueños suelen malcriarlo, y consentirlo. Si se pretende introducir otro animal u otra mascota, junto al pomeranian, es mejor hacerlo cuando el animal es aún cachorro. Se recomienda supervisar al pomeranian con perros de raza grande ya que su pequeño tamaño, y sus finos huesos le hacen susceptible de sufrir graves daños con los juegos de un perro grande, pudiendo causarle la muerte.
Los pomerania suelen ser una raza saludable, resistente y longeva, viviendo entre 12 y 16 años. Su principal problema es la luxación de rótula. También pueden padecer el síndrome de Legg-Calvé-Perthes y displasia de cadera, aunque son poco frecuentes en esta pequeña raza. Los pomerania, como la mayoría de las razas "toy", son propensos a problemas dentales por lo que se recomienda cepillarles los dientes semanalmente y, si es posible, a diario con un cepillo y dentífrico especial para perros. Hay a la venta dentífricos con sabores e incluso con aromas para evitar que el aliento del perro huela mal. Los mayores cuidados de esta raza se centran en el pelaje, que debe ser cepillado con gran frecuencia, pero antes de ésto humedecido; además requiere de habituales cortes de pelo. No es una raza simple respecto a sus necesidades; a ésto se suma mantenerlos alejados de los problemas con otros perros de mayor tamaño, ya que no son consientes de su condición física, y puede llegar a provocar a otros caninos de mayor tamaño y terminar lastimados. Le encanta caminar y para mantenerlo contento es necesario sacarlo a pasear a diario. Es recomendable controlar sus ladridos desde temprana edad.
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